domingo, 26 de febrero de 2012

Vivir Sin "Saber"

Desde nuestra infancia pasamos escuchando a las personas mayores que a manera de motivación nos insisten sobre la necesidad del aprendizaje o sea darle un lugar al "Saber"en nuestras vidas, para que en el futuro podamos ser disfrutantes del exito o en la mejor forma de expresarlo vivir vidas mejores.  En muchos de los casos toda esta motivación hacia el "Saber" era motivada por la ausencia de oportunidades que estas personas experimentaron y de una forma muy correcta no añoraban eso para sus descendientes.  Y, bueno, que importante es "Saber" sumar y restar o conocer aspectos básicos del universo, "Saber" las reglas gramaticales de nuestro lenguaje y aún conocer el comportamiento del hombre.  Todo esto y más que podríamos mencionar definitivamente es importante en el transitar de las personas en este mundo y la verdad es que el "Saber" no nos abandona ni un segundo en nuestra vida.
Sin embargo he llegado a entender que hay muchísimas cosas que no quiero "Saber" para vivir una mejor calidad de vida.   No quiero "Saber" del pecado de otras personas porque eso en muchos de los casos me convierte en juez y creo que no estoy aqui para pasar juzgando a las demás personas.  No quiero "Saber" de la vida privada de mis semejantes no sea que en algún momento quiera opinar al respecto y me este metiendo en lo que no me importa.  No quiero "Saber" lo que otros opinan sobre las personas porque de repente puedo ser invadido de prejuicios sobre personas que no me han hecho mal alguno.  Tampoco quiero "Saber" los comentarios que muchos hacen sobre mi a manera de escarnio porque no quiero vivir herido.  Si, definitivamente se llega a un momento en la vida en que ya no queremos "Saber" más nada, cuando llegamos a este punto entendemos que lo único que debemos "Saber" es que nuestra mirada debe estar fija en Cristo Jesús y nuestros oídos abiertos a la dirección del Espíritu Santo.