Desde hace algunos días no pulsábamos las teclas de esta
computadora para escribir un poco de eso que a veces llenan nuestras almas y
que podemos plasmarlo en las páginas de un blog como este. Hoy sentimos
esa motivación, la cual también esta acompañada de tristeza. Hay
situaciones que vienen en nuestro caminar que no quisiéramos de ninguna manera
que se repitieran, sin embargo y sin entender mucho o tratar de hacerlo estas
vienen una y otra vez. Lo real cuando lo analizamos es que aunque
los problemas vienen y van, dentro de nosotros sabemos que siempre todo tiene
su final.
Solamente
necesitamos esperar y estar confiados de que nuestro Dios no fallará. Él
siempre ha sido fiel, y lo seguirá siendo aunque a veces de alguna manera
podamos fallar. El salvador no es como los demás hombres, implacables,
condenadores, interesados o simplemente carentes de un verdadero afecto.
Claro con el paso
de los años vamos entendiendo todo esto y poco a poco nos aferramos más al
Señor, quien llega a ser nuestro principal punto de apoyo y lo primordial en
nuestras vidas. Pienso que Dios mismo permite que nos desencantemos de
la gente y de los que alguna vez pensamos eran amigos. Y Digo esto porque
mientras los tenemos cerca no llegamos a desarrollar en nosotros una relación
plena de confianza y amistad con aquel que un día murió por nosotros en la cruz
del calvario. Nuestro socorro y verdadero amigo. Su nombre es Jesús, El Salvador.
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