Pienso que no hay nada tan difícil que esperar. Cada mañana despiertas y te preguntas internamente será hoy. Abres las ventanas de la casa y mientras lo haces, te preguntas será hoy. Algunas mañanas te sientes tan desanimado, tan turbado, desesperado, como sin fuerzas, deseas como desistir de todo y simplemente regresar, o porque no decirlo, caer en una mala decisión que lo puede dañar todo.. La verdad no hay palabras para describir lo tedioso que es esperar. Sin embargo, aunque toda esta sensación descrita es experimentada, también tenemos que decir que en los días más difíciles doblamos nuestras rodillas delante de Dios y El nos da la capacidad para esperar un día más.
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